Señora Luisa Ortega Díaz:
Antes de entrar al tema que concierne a esta misiva, permítame un par de párrafos introductorios donde le evoco algo de nuestra experiencia común ante el sistema penal. Esperaría yo, que para este caso, denunciado por un tercero y que hoy le traigo a colación, se imponga la persecución penal que merece, toda vez que el denunciante funge como conductor de la economía venezolana en el marco de la revolución bolivariana y mentor de su difunto líder.
Le recuerdo que Ud. y yo nos conocemos desde aquellos tiempos en que, tras el asesinato de Danilo Anderson, cayó en sus manos el expediente que él instruyó y donde yo aparecía como un imputado “fácil de sobreseer”; según decían, entre pasillos, aquellos que veían en ese expediente a una “gallina de los huevos de oro”. Por ello, no fue en balde que en un inmueble se encontrara una enorme caja fuerte y una veloz máquina de contar billetes. De esa época, usted conoce de mi proceder y yo conozco de sus mañas.
Recuerde que fui yo quien la sentó en el banquillo de los acusados en un juicio de amparo constitucional que, me imagino, avergonzaría a cualquier fiscal. Mediante esa acusación que le hice y tal como se lo mencioné en aquella oportunidad, yo no esperaba justicia de parte de un sistema corrompido, sólo esperaba documentar una aberración que pretendía esconder las razones que dieron origen a unas imputaciones infundadas y a un proceso forjado que podría haber alcanzado a unas 400 personas; pero, que como es bien sabido, fueron frustradas mediante la certera colocación de un artefacto explosivo en el vehículo de Anderson. Este asesinato lo convirtió de victimario en víctima y luego en un fabricado paladín y mártir de la revolución bolivariana. Por cierto, las imágenes que he visto en estos días me hicieron recordar las del sepelio de Anderson.
Le recuerdo estos hechos porque en esta ocasión deseo llamar su atención sobre unos presuntos delitos cambiarios y de legitimación de capitales que han sido denunciados públicamente y que podrían haber causado daños a la República por unos 20.000 millones de dólares (Sólo durante el año 2012), según se desprende de las palabras del denunciante.
A continuación le hago el aludido relato recordatorio en espera de que Usted ejerza como Fiscal de la República en defensa del interés patrimonial de la sociedad venezolana:
Ha reiterado el Ministro de Planificación y Finanzas Jorge Giordani que el SITME fue un instrumento mediante el cual un grupo de personas, (Naturales y jurídicas, donde incluyó a empresas del estado) le arrebataron al país una suma de divisas que, sólo el año pasado, podría estar cerca de los 20.000 millones de dólares. La cuenta es fácil, dice Giordani que el pasado año se procesaron unos 59.000 millones de dólares para importaciones y a la vez afirma que el país pudo haber vivido con importaciones de 40.000 millones de dólares. Luego, entra en los detalles reveladores: empresarios que piden dólares y “traen chatarra” o no traen nada. Esta revelación de Giordani es su manifestación de conocimiento de los delitos cambiarios cometidos por usuarios del SITME que han debido contar con la complicidad necesaria de toda o parte de la cadena que legitimó esos capitales mal habidos; es decir, desde el trámite para la adquisición de divisas, el proceso de importación, nacionalización, verificación de las importaciones, liquidación de impuestos y tasas de importación, y declaración de cierre (En todo caso funcionarios públicos donde se incluye a miembros activos de la Fuerza Armada que cumplen funciones que les atribuye la legislación vigente). Allí está el delito y es el propio ministro quien dice saber que se importó chatarra o no se importó nada para legitimar esos capitales mal habidos mientras se cometieron delitos cambiarios que son castigados con fuerza de ley.
De entrada, esta denuncia hecha a título de noticia criminéis por el ministro Giordani podría lucir como una intención para combatir la corrupción; pero, lamentablemente, me temo que no fue así. En mi opinión, presumo que lo que hizo este ministro fue colocar una diestra amenaza para asegurarse su continuidad en el ejercicio del poder, esa técnica es harto conocida en la comunidad política que conduce la revolución bolivariana. El estilo de esta declaración de Giordani, también me recordó la declaración que hiciera Danilo Anderson poco antes de su siniestro asesinato. Señora Díaz, quisiera estar equivocado en esta opinión, pero conociendo el monstruo desde adentro me resulta difícil verlo de otra manera. Está en usted sacarme de la equivocación procesando la denuncia hecha por el ministro.
Finalmente, fíjese que Giordani, en sus palabras, le transfiere la culpabilidad del crimen a una comunidad que identifica y ha de conocer bien porque afirma estar luchando contra ella: “una clase burguesa parásita, con eso estamos luchando nosotros, para que la renta no se lleve al exterior sino que se quede en Venezuela”. Así, Giordani se atribuye la acción de lucha contra el caso, no hace falta ni fiscal, ni tribunal. El lo hace todo: conoce, denuncia y lucha, a menos que Usted sea una parte silente del “nosotros” que menciona este Ministro.
Conocí de las acciones de Giordani durante tres años interactuando en el gabinete económico del gobierno y si de lucha contra esos delincuentes se tratase, estoy seguro que no le resultaría difícil hacerlo desde las múltiples posiciones que ocupa y controla, para darles desde allí un golpe certero propiciando un proceso de persecución penal para ponerlos tras las rejas de una prisión venezolana, Giordani es extraordinariamente hábil para “halar hilos detrás del telón”. Por ello, insisto, lo que yo aprecio y presumo es que la denuncia que ha hecho es, solamente, una declaración pública mediante la cual se muestra el garrote que tiene en sus manos quien estaría dispuesto a utilizarlo si lo desplazan de su espacio de poder. Ya Velazquez Albarray y Aponte Aponte le han mostrado al país y al mundo esta calaña. Ahora, Giordani parece emular estas andanzas.
Señora Díaz, habrá que calcular la totalidad del daño causado durante la vigencia del SITME, fíjese que esos 20.000 millones de dólares serían suficiente para pagar el 85% de la deuda externa que tenía Venezuela cuando el equipo que hoy la gobierna asumió funciones en febrero de 1.999, ¡Tamaña Magnitud!
Ponga en sus manos la lucha que evoca Giordani y persiga a los culpables, la república se lo agradecerá, no sé si la revolución hará lo mismo. La iniciativa de la acción penal está bajo su responsabilidad ya que la denuncia constituye un hecho público, notorio y comunicacional hecho por un funcionario de alto nivel y trasmitido, al menos, por venezolana de televisión.
Las acciones que usted emprenda y concrete frente a esta aberración cometida contra nuestra economía nos dirán si:
- Aparece otro “Chinito de Recadi”,
- Aparecen responsables equivocados como ocurrió en el caso del asesinato de Danilo Anderson,
- Se mantiene una solidaridad cómplice para fortalecer el ejercicio del poder,
- No se hace nada por temor a que se repita un incidente estilo Danilo Anderson,
- Giordani estaba hablando “pendejadas” cuando se refería al caso,
- Sobreviene una nueva sorpresa al estilo de la revolución bolivariana,
Mi dirección de residencia y mis teléfonos siguen siendo los mismos de cuando nos conocimos, y de mi parte, estoy a su orden.
Guaicaipuro Lameda Montero
C.I. 3.089.715
Usted si que las tiene bien puestas. Mi General :-)
ResponderBorrarSaludos cordiales mi General
ResponderBorrar