Las manifestaciones y protestas protagonizadas en la calle durante los dos últimos meses en diferentes sitios de Venezuela han recibido una respuesta inadecuada por parte de los órganos del poder público, a lo cual debe sumársele las acciones que, contra los manifestantes, han perpetrado grupos civiles armados, algunos de ellos frente a la mirada esquiva de los cuerpos de seguridad del estado.
Dichas manifestaciones y protestas las ha ejecutado un grupo importante de venezolanos a instancia de una iniciativa nacida desde dentro del seno estudiantil y cuya motivación se fundamenta en el malestar que les causa el resultado de la ejecución de las políticas del gobierno y la incapacidad del liderazgo político opositor para articular alguna salida positiva a los problemas que les aquejan y cercenan su futuro desde hace ya varios años. Esta motivación la comparte buena parte de la sociedad que se ha ido sumando a la protesta, extendiéndole su alcance más allá del ámbito estudiantil, aún cuando no exista un liderazgo claro que les conduzca.
Esta dinámica fue lo que provocó la reunión en Miraflores. Allí, tanto el sector "oficialista" como el de "oposición" reiteraron su posición: los primeros dejando ver que esa protesta, además de estudiantes, cuenta con el apoyo de criminales que responden a intereses fascistas y los segundos distanciándose de cualquier acto de violencia, aún cuando este podría responder a la legítima defensa frente a atropellos cometidos mediante la aplicación desmesurada de medios y métodos. Así pues, ninguna de las partes reunidas representa al sector nacional que se encuentra en conflicto en la calle y mucho menos ha podido caracterizarlo como un grupo con intereses comunes insatisfechos.
De está manera, la dirigencia política de los dos sectores reunidos en Miraflores dejó ver que, ambos, se sienten amenazados en su ejercicio del poder por una fuerza emergente que, aún cuando tiene un liderazgo difuso, si tiene una visión clara sobre su aspiración. Creo que se perciben unos vientos agitados que podrían convertirse en el ciclón que los arrastre a ambos.
También tengo que reconocer que la reunión nos dejó la posición de cada una de las partes frente a múltiples temas mencionados durante la extensa jornada. Lo importante para el dialogo que se proponen es identificar esos temas, establecer la posición fijada por cada parte y construir una ZONA DE ACUERDO POSIBLE, inspirados en la construcción de un estado de paz que conduzca por el sendero del bienestar y el progreso, superponiéndolo a los intereses particulares de los diferentes actores políticos y colocándose al margen de las agendas propias, algunas de ellas ocultas entre camaradas o compañeros.
Aún cuando no me lo hayan pedido, me he atrevido a ofrecerles mi contribución en lo que se refiere a temas mencionados por ustedes donde aprecio posiciones que requieren de su atención para que, más temprano que tarde, le quede claro al país si es que existe una posibilidad de acuerdo entre ustedes o es necesaria la búsqueda de alternativas distintas que le den respuesta a los problemas comunes que afectan a todos los venezolanos y que están al margen de ideologías o partidos políticos hoy en conflicto por el ejercicio del poder en Venezuela.
Por los momentos, diferir para capitalizar en un momento electoral futuro es criminal ya que la circunstancia demanda soluciones políticas creativas e innovadoras. Fíjense muy bien que luce que se consolida una tercera fuerza emergente que les dice a gritos: O Resuelven o se van. Mientras que ustedes se empeñan en magnificar como salida posible a una guerra civil innecesaria o un acordamos o nos matamos, de lo cual ustedes podrían ser los únicos responsables.
Este listado no es exhaustivo y sólo ofrece un resumen muy apretado de 23 temas que necesariamente deben ampliarlo cada una de las partes para establecer un debate que conduzca a conclusiones y soluciones concretas en beneficio del país.
