jueves, 3 de noviembre de 2016

De la Guerra y la Política en el escenario Venezolano

El escrito de Fernando Mires títulado “Venezuela: LA POLÍTICA EN CONTRA DE LA GUERRA”,  contiene un par de errores de fondo que mal orientan la política y la acción estratégica necesaria para generar un cambio político en Venezuela.

Argumento sobre la posición de Fernando Mires porque resulta muy ilustrativa de la opinión compartida por un buen número de expertos en política y temas militares.
Mires titula así para referirse al ejercicio de la política como una manera de contraponerse a la “tesis guerrerista” de quienes proponen acciones de fuerza necesaria para derrocar una dictadura, eso que algunos versados llaman "anti-política" y otros “golpe de estado”.
Sin embargo, es necesario acotar que la política, en los términos de nuestra modernidad, jamás estará en contraposición de la acción bélica, toda vez que la guerra es uno de los medios utilizados por la política para alcanzar sus objetivos. Aquí el primer error de fondo y para dejarlo claro digámoslo así: la guerra es un hecho político, y no un acto militar.
En su segundo error Mires afirma que: Venezuela vive una dictadura pretoriana. Esta es una afirmación parcialmente válida, porque si bien Venezuela está gobernada por una dictadura, esta no es pretoriana sino más bien  una "dictadura constitucional".
Entendamos a la dictadura constitucional como una operación de Yunque y Martillo, en la que se utilizan instituciones y procesos constitucionales para imponerse mediante el encubrimiento de la franca violación de los asuntos de fondo (Yunque) mientras se utiliza al Poder Judicial para aplastar al contendor (Martillo) y dejarlo sin posibilidad de acción constitucional.
Como mecanismo de refuerzo a esta operación y aplicable a quienes se revelen contra ella, la dictadura constitucional se apoya en el concepto político para el empleo de la fuerza militar: La batalla mejor ganada es aquella que no ocurrió porque el adversario la rehúsa y voluntariamente se somete a la dominación del poderoso que le intimida.
Es decir, se muestra la intensidad de la fuerza bélica con el fin de intimidar y se demuestra que si la intimidación falla, existe la voluntad y la disposición suficiente para utilizar esa fuerza  hasta la más alta consecuencia mortífera. Este es el ingrediente N° 8 de “La Receta de Fidel”: Infunda terror en dos vías, los suyos deben temerle a perder lo que les da el gobierno y los adversarios deben temer por su libertad y su vida.  JAQUE MATE.
Mientras la DICTADURA CONSTITUCIONAL VENEZOLANA pueda mantener ese “estatu quo” utilizando sus poderosos artilugios, no le dará cabida al planteamiento de Mires: “Los venezolanos disponen de partidos, de una Asamblea Nacional, de líderes, de una mayoría clara y certificada, y sobre todo, de una Constitución. Esas y no otras son las armas de esa mayoría. Esas son también las armas de la política. Y con esas armas el pueblo está defendiendo su derecho a ser pueblo.”
Hasta tanto los líderes políticos y sus asesores no entiendan: que las dictaduras se derrocan, que en los tiempos modernos la dictadura constitucional se disfraza de democracia, que el comando de la dictadura venezolana ha sido muy hábil y exitoso para mantenerse arbitrariamente en el ejercicio del poder, y que la dirigencia de oposición ha sido muy temerosa para interpretar y confrontar la realidad política, el régimen continuará  defendiendo su legitimidad con base a la constitución, las instituciones y el derecho, mientras asusta a su adversario con sólo mostrarle un posible efecto mortífero que lo paraliza e inhibe cualquier acción eficaz para producir un cambio político favorable.
Estas acciones dictatoriales eran perfectamente previsibles desde que la mayoría simple de la Asamblea Nacional, en manos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en la sesión extraordinaria del 23 de diciembre 2015, fabricó el martillo mediante la designación extemporánea y arbitraria de 34 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, 13 principales y 21 suplentes, momento en que Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional aseguró que la revolución defendería al pueblo de los intereses opositores que se negaron a la elección de los juristas. Nada Oculto, estamos frente a una Dictadura Constitucional abierta y declarada, derrocarla no es un golpe de estado, no es un acto terrorista, es sencillamente un acto de restitución del orden democrático y habrá que hacerlo mediante los medios conque cuenta la política, sin dejar de lado que la confrontación de fuerzas es uno de ellos y que para utilizarlo se necesita el coraje y la voluntad necesaria para asumirlo con la entereza que requiere.


lunes, 24 de octubre de 2016

El Acuerdo de la Asamblea Nacional, Comentado

Siendo de suprema importancia que la Asamblea Nacional fije su posición frente a la crítica situación política que vive el país, debemos dar la bienvenida al ACUERDO difundido con fecha 23 de octubre de 2.016.
También debemos estar claros que el precitado acuerdo solamente constituye un pronunciamiento mediante el cual la Asamblea Nacional fija su posición frente a los temas que allí se enuncian y que éste no es un documento de rango constitucional con carácter vinculante para los demás poderes públicos.
Dado que los acuerdos emanados de la Asamblea Nacional que tienen rango constitucional y son de obligatorio acatamiento están establecidos en los artículos 71, 342 y 348 de la constitución nacional, este acuerdo, es meramente declarativo y no surte ningún efecto real para generar un cambio, a menos que se complemente con las acciones necesarias para hacer realidad su contenido, que a mí entender, están contenidas en el ordinal séptimo del mismo acuerdo.
La posición de la Asamblea Nacional, ha podido ser más contundente y asertiva y menos timorata y dilatoria si: En vez de hacer una mera referencia al artículo 333 de la constitución, se hubiesen fundamentado en el numeral 24 del artículo del artículo 187 de la constitución donde se establece que: “Corresponde a la Asamblea Nacional: 24.Todo lo demás que le señalen esta Constitución y la ley” y que siendo la Asamblea Nacional, la más plural representación del pueblo venezolano, se invoque que, para restituir el orden constitucional, la actuación de la mayoría de los venezolanos, se apoya irrevocablemente en el mandato expreso del artículo 350: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.”, toda vez que los considerando y el ordinal PRIMERO del acuerdo dan cuenta de las circunstancias que señala este artículo.
Comentado sobre los términos generales, paso a los ordinales del acuerdo:
PRIMERO:
Declarar la ruptura del orden constitucional y la existencia de un golpe de estado cometido por el régimen de Nicolás Maduro en contra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el pueblo de Venezuela.
Es un acto necesario y valioso. Deja claro ante la opinión pública nacional e internacional cual es la posición del “vocero del pueblo” que cuenta con la legitimidad constitucional y democrática al estar respaldado por una representación superior a las dos terceras partes de la composición de esa institución parlamentaria.
SEGUNDO:
Solicitar a la comunidad internacional la activación de todos los mecanismos que sean necesarios para garantizar los derechos del pueblo de Venezuela, en especial su derecho a la democracia.
Es una acción positiva que refuerza la posición de la Asamblea Nacional. Sin embargo, su ambigüedad al referirse a la “comunidad internacional” tiene que ser disipada mediante la formalización de la solicitud ante las instituciones que tienen la facultad para activar los mecanismos a que se refiere este ordinal. De no hacerlo quedará como letra muerta. Esperemos que la Asamblea Nacional actúe en consecuencia.
TERCERO:
Formalizar la denuncia ante la Corte Penal Internacional y demás organizaciones que sean competentes, en contra de los jueces y rectoras del Consejo Nacional Electoral responsables de la suspensión del proceso de Referendo Revocatorio y demás funcionarios responsables de la persecución política al pueblo de Venezuela.
Esperemos que la Asamblea Nacional designe al equipo de juristas que, en su representación, ejecutarán esta acción que es muy necesaria, conscientes de que para que surta efecto se requiere de una sentencia por parte de la Corte Penal Internacional, que según los antecedentes conocidos puede tardar años.
CUARTO:
Proceder de manera inmediata y de acuerdo con los mecanismo constitucionales, a la designación de los 3 rectores principales y sus suplentes, que fueron nombrados provisionalmente en diciembre de 2014; así como la designación de los dos rectores principales y suplentes cuyo período de ejercicio culmina en diciembre del presente año, para con ello garantizar el respeto del derecho de los venezolanos a elegir, así como la independencia de poderes y el respeto al estado derecho.
Debemos darle la bienvenida a esta acción que no ha debido dilatarse hasta este momento. Dada la radicalización de la dictadura, esperemos que exista un plan para que los nuevos rectores tomen posesión efectiva de los cargos o un plan para actuar en caso que las designaciones sean desconocidas.
QUINTO
Proceder de manera inmediata y de acuerdo con los mecanismos constitucionales, a la designación de los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, para garantizar el respeto del derecho de los venezolanos a elegir, así como la independencia de poderes y el respeto al estado derecho.
Debemos darle la bienvenida a esta acción que no ha debido dilatarse hasta este momento. Dada la radicalización de la dictadura, esperemos que exista un plan para que los nuevos magistrados tomen posesión efectiva de los cargos o un plan para actuar en caso que las designaciones sean desconocidas.
SEXTO:
Iniciar el proceso para determinar la situación constitucional de la Presidencia de la República y convocar a una sesión especial de la Asamblea Nacional para el próximo martes 25 de octubre, para evaluar y decidir sobre la materia.
De acuerdo con el considerando, esperemos por la evaluación y decisión con respecto a los tres asuntos relacionados con Nicolás Maduro Moros: 1. Su probable doble nacionalidad; 2. Su participación activa en la ruptura del orden constitucional; y 3. Que ha abandonado las funciones constitucionales de la Presidencia de la República.
 SÉPTIMO:
Conformar una comisión especial de alto nivel parlamentario encargada de desarrollar y definir las decisiones emanadas de este acuerdo para restituir el orden constitucional.
Esperemos por la designación e instalación de la comisión especial. Esperemos a que la comisión establezca sus reglas de funcionamiento y esperemos a que la comisión DESARROLLE  Y DEFINA lo que manda el acuerdo para que apoyemos: QUIEN, CUANDO y COMO se actuará para restituir el orden constitucional.
OCTAVO:
Exigir a la Fuerza Armada Nacional no obedecer ni ejecutar ningún acto o decisión que sean contrario a los principios constitucionales o menoscaben derechos fundamentales del pueblo de Venezuela, emanados del Poder Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.
Para una estrategia de negación de uso del Poder Militar, que es lo que se interpreta de la redacción, y toda vez que la Asamblea Nacional no debe interferir ni con el mando de la Fuerza Armada, ni con las funciones del ejecutivo nacional, le sería más apropiado: Advertir a todos los integrantes de la Fuerza Armada que: obedecer, apoyar o ejecutar actos, decisiones u órdenes que sean contrarias a los principios constitucionales o menoscaben derechos fundamentales del pueblo de Venezuela, acarrea responsabilidad penal personal para quien la obedezca, apoye o ejecute, responsabilidad esta que no prescribe y que puede ser sancionadas, incluso por la Corte Penal Internacional, en concordancia con los acuerdos y tratados internacionales.
NOVENO:
Convocar al pueblo de Venezuela, en virtud de los preceptos constitucionales, en especial lo establecido en el art 333 de nuestra Constitución, a la defensa activa, constante y valiente de nuestra Carta Magna, de la democracia y el Estado de Derecho, hasta lograr la restitución del Orden Constitucional.
Esperemos que esta convocatoria de buenas intenciones, sea aclarada para que surta efecto. Se necesita un liderazgo que especifique y nos conduzca para darle coherencia y contundencia nacional al cuando,  como y donde se ejecutará la defensa activa, constante y valiente”. En caso contrario se puede producir un “despelote” desarticulado que por disperso e incoherente será neutralizado por las fuerzas que apoyan la dictadura.
DÉCIMO
Dar publicidad al presente Acuerdo.
Dado, firmado y sellado en el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, en Caracas, alos veintitrés días del mes de octubre de dos mil dieciséis. Años 206° de la Independencia y 157° de la Federación.

Sin comentario.

viernes, 21 de octubre de 2016

La MUD: Ciega, Sorda y Muda

Lamento enormemente que la dirigencia política de oposición no haya podido entender al adversario que está confrontando. No lo entiende porque juega a que ese adversario es tan torpe, estúpido e ineficiente que se derrumbará por sí mismo, tal como lo hicieron Acción Democrática y Copey en la década de los 90. Luego del derrumbe, “los partidos políticos”, con la legitimidad institucional para tomar el poder, capitalizarán sobre los escombros que deje la revolución socialista del siglo XXI. Por eso hablan del “tiempo político” y fantasean calladamente con unas elecciones presidenciales en diciembre de 2.018.
Por ciega y sorda, esa dirigencia de oposición no logra comprender que su adversario es astuto, que está bien organizado y preparado, que sabe muy bien lo que quiere y que se dispone a conseguirlo a como dé lugar. Al no comprender esta realidad, la dirigencia opositora si luce torpe, estúpida e ineficiente, para terminar balbuceando una perorata estéril, cuál mudo incapaz de trasmitir a su adversario un mensaje asertivo que permita una confrontación seria de tú a tú, con espíritu, propósito y razón.
Yo esperaría que la magistral y elocuente demostración de planificación y ejecución de acciones que hemos resentido durante la última semana y que nos propinó una estocada mortal en la noche de ayer jueves 20 de octubre, sirva de lección para aprender y rectificar objetivos, estrategias, acciones y rumbos. De lo contrario, estaremos aniquilados y quedaremos bajo el dominio revolucionario, hasta que un inadvertido evento logre cambiar la situación. Algo que todavía se espera que ocurra en Cuba, donde después de 55 años de dominación, son los propios dictadores los que gestan cambios políticos y económicos.
Lo ejecutado por la revolución, esta semana, fue algo así como “el vuelvan caras de Páez” del 2 de abril de 1819 en la batalla de “Las Queseras del Medio”. Allí "el centauro de los llanos”, acompañado de sólo 153 lanceros, venció a más de 1.000 jinetes de la caballería española. Para lograrlo, fingió una huida que repentinamente se transformó en un ataque mediante un violento giro de 180° ejecutado al mando de Páez. La astucia del engaño de una minoría, venció a la mayoría que ostentaba un poder superior. En la guerra, el engaño es muy valioso, en el juego democrático el engaño es inmoral. 
De manera similar, Tibisay anunció la fecha, lugares y manera de recolección del 20% de voluntades. Entre tanto, distrajeron con el diferimiento de las elecciones municipales y regionales, y con la promulgación del Presupuesto Nacional por parte del TSJ. Luego, vino el fulminante giro de 180°: 5 gobernadores de Estado, bien concertados en tiempo y oportunidad, anuncian que diferentes tribunales ordenaron suspender la recolección del 20% de voluntades. Ejecutado el giro en reversa, Tibisay lanza la estocada final anunciando que en respeto a la separación y autonomía de poderes, se suspende la recolección del 20% de voluntades hasta nueva “orden judicial”. Un JAQUE, con un MATE inevitable para el referendo revocatorio. De ponernos purista, diríamos que es una conspiración, en la cual los poderes ejecutivo, judicial y electoral se agavillan para defraudar la constitución y las leyes, cercenando un derecho político. Para efectos prácticos, tenemos que conseguir la manera de derrotar semejante gavilla que nos gobierna bajo un régimen dictatorial. Es en la derrota de la dictadura donde tenemos que concentrar esfuerzos y no dispersarnos gastando la energía en un debate sobre calificativos, o evaluaciones jurídicas y conceptuales.
Pareciera que nuestra dirigencia no ha aprendido de las derrotas que recibimos en abril de 2.002 con Carmona al mando y sin alguien que capitalizara sobre la renuncia de Chávez, en febrero de 2.003 con un paro petrolero estéril, en agosto 2.004 con un referendo revocatorio, en diciembre de 2.005 con no votar para des-legitimar la Asamblea Nacional, en diciembre 2.006 con el vamos a ganar con la negra y cobraremos el triunfo, y pare de contar hasta llegar a un presidente muerto que está legalmente vivo y sin acta de defunción y un presidente con una supuesta doble nacionalidad de quien ha sido imposible dar con el paradero de su acta de nacimiento, y no hemos sido capaces de exigirle su responsabilidad probatoria, sin dejar de contar que nos quedamos a la espera de la auditoría de los votos para demostrar la trampa que le llevó a asumir la Presidencia de la República.
Para comprender el porqué de estas derrotas y de las subsiguientes que nos esperan, recomiendo ver el interesante análisis que hizo Oscar Yánez(Q.E.P.D.) hace ya 13 años y que lo ilustró con la figura de Ñú y el Toro, igualmente sugiero asimilar que todas las acciones de la revolución están enmarcadas en La Receta de Fidel; donde podremos apreciar que la ocurrencia de esta semana responde al ingrediente N° 6: “Ponga a los líderes y analistas de oposición a que le hagan la mitad del trabajo. Unos que cacareen mucho pero que “jodan poco” porque los tiene amarrados e inhibidos y los otros porque riegan la propaganda que usted produce para generar miedo y zozobra. Contra la espada y la pared la oposición siempre le sumará a la revolución”.
Lo deseable sería que nuestra dirigencia de oposición depusiera la soberbia y la prepotencia y que con humildad comprendiera que está en desventaja para la planificación de acciones exitosas y que no ha demostrado el coraje necesario para emprender y conducir una campaña triunfadora que apoye la planificación y derrote la dictadura de Nicolás Maduro. 
Este par de reconocimientos sería un buen paso para iniciar un proceso de unificación en búsqueda de una estrategia coherente que le dé un espíritu, propósito y razón tangible al movimiento que consolide la voluntad de una mayoría atrapada por un cogollo hasta ahora ciego, sordo y mudo. 
Si no pueden hacerlo, deberían considerar su renuncia para abrirle paso a gente joven, con ideas de modernidad y con el ímpetu necesario para acompañar la planificación con el coraje necesario para hacerla realidad.  Repito el titulo que acuñé en ocasión del nefasto dialogo en Miraflores en 2.014: O Resuelven o se van.

lunes, 17 de octubre de 2016

Esa "paja" es letra muerta

Las autoridades Ejecutivas, Judiciales y Electorales Venezolanas perdieron su legitimidad toda vez que las acciones que ejecutan dan cuenta de que en Venezuela rige una dictadura que, sin ningún empacho, viola la constitución, desconoce la institucionalidad democrática y menoscaba los derechos humanos.
Ante esta realidad, las posiciones timoratas sólo contribuyen y afianzan la continuidad dictatorial, tal como si en este país no se hubiese declarado y firmado el acta de Independencia el 5 de julio de 1.811, que le abrió paso a un período de 20 años de luchas, batallas y hasta la declaración de la guerra a muerte para que el 24 de junio de 1.821 se sellara la independencia en la Batalla de Carabobo. 
Hoy, Venezuela vive una severa crisis propiciada por un régimen dictatorial que no cesa en sus abusos y atropellos, que mantiene al país en una guerra política, social y económica que causa unos 80 muertos diarios caídos a manos de la violencia y un sin número de desplazados, sin dejar de lado la devastación económica y la inseguridad que nos impone un hampa desbordada.
Cuanto antes, deberíamos emprender el camino que permita derrocar la dictadura mediante una lucha ciudadana y de resistencia civil que restaure la democracia perdida. Sólo así podremos construir el camino hacia la paz y la libertad.
Se necesita una posición firme y contundente, que de manera clara le diga al régimen que sus prácticas no tienen lugar en Venezuela y que la confrontación durará hasta que sus jerarcas entreguen el poder y que el único dialogo posible es para ratificar que los principios de la democracia y el resguardo de la libertad, la paz y los derechos humanos no se negocia.
Lamentablemente, el acuerdo de fecha 13 de octubre de 2.016 me causó una decepción mayúscula. Su contenido es "pura paja inejecutable" que servirá para alimentar el ego de unos, la esperanza de los incautos y una celebración revolucionaria ante un acuerdo bobalicón e imbécil.
Me hubiese gustado leer un acuerdo de la Asamblea Nacional con la contundencia necesaria para que los líderes con coraje  ejecuten las acciones necesarias para derrocar la dictadura. Un acuerdo de emplazamiento al dictador, de desconocimiento de las autoridades como lo manda la constitución y que públicamente fuese refrendado con la rúbrica de los 113 diputados que ostentan la responsabilidad con que les invistió el soberano. Ese sería un buen paso para encender y avivar el apoyo solidario de una sociedad deseosa de un cambio que no resulta posible por la vía institucional, pacífica o electoral. 
Ante la cruda realidad, ya no caben las pusilánimes medias tintas, el país demanda un algo así como que: haremos que se vayan o nos matan en nuestro intento, los muertos serán de quien los mate y su dueño los pagará con creces. 
Lamentablemente, quienes conducen la política venezolana se olvidaron, desconocen o les da miedo asumir que “los conflictos se resuelven por consenso o por violencia” y que el máximo exponente de la violencia: “la guerra, es la continuación de la política por otros medios”, y por ello no afrontan con entereza la guerra declarada por el régimen. 
Si fuese distinto, me imagino a una Asamblea Nacional, que en su interés por restaurar la paz y la libertad ciudadana, promulgaría un acuerdo en términos similares a lo siguiente:

Acuerdo para restituir la Democracia y los Derechos Humanos. 
PRIMERO:
La Asamblea Nacional, en su lucha por la paz y la libertad, desconoce al Poder Ejecutivo Nacional, al Tribunal Supremo de Justicia y al Consejo Nacional Electoral, toda vez que en el ejercicio de su autoridad y sus funciones contrarían los valores, principios y garantías democráticas y menoscaban los derechos humanos.
SEGUNDO
Se encarga a la Directiva de la Asamblea Nacional para que en plazo de dos semanas presente un plan para la realización del Referendo Revocatorio, con el apoyo de la sociedad civil. El plan deberá incluir, al menos, la designación  de las autoridades que de manera supletoria conducirán y validarán este proceso de votación, la estructura para su celebración, la fuente para su financiamiento y los términos y condiciones que le darán validez al resultado, que de ser favorable,  de manera invariable conducirá al proceso electoral para la elección del Presidente que culminará el período constitucional que ejerce el Ciudadano Nicolás Maduro Moros, ya desconocido en el ejercicio de sus funciones.
El plan solicitado será aprobado por esta Asamblea y su ejecución y efecto será inmediato, una vez publicado en los medios de difusión de la Asamblea Nacional y medios de comunicación nacional.
TERCERO:
Se le advierte al Alto Mando Militar, al mando de los componentes de la Fuerza Armada y a los diferentes cuerpos de seguridad del estado que la subordinación a un Poder Ejecutivo que ha sido constitucionalmente desconocido por esta Asamblea Nacional en ejercicio de la voluntad soberana manifestada mediante el voto popular el pasado 6 de diciembre de 2015, conlleva a asumir las consecuencias que derivan de la complicidad necesaria en los actos ya cometidos o que se cometan contrariando los valores, principios y garantías democráticas y  menoscabando los derechos humanos.
CUARTO:
Se incorpora a la Asamblea Nacional a los diputados electos, por el Estado Amazonas, el 6 de diciembre de 2015.
QUINTO:
La Junta Directiva de la Asamblea Nacional, en un plazo de una semana presentará, para aprobación en sala plena, un plan organización y acción de la sociedad venezolana con el propósito de ejecutar un movimiento cívico nacional en defensa de la aplicación del presente acuerdo.
SEXTO:
Notificar a las organizaciones internacionales, a través del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos; al Secretario General y al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), las autoridades del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) para que conozcan de esta decisión soberana ejercida en representación de una mayoría Venezolana que ha sido vulnerada en el ejercicio de sus derechos constitucionales y que se ejerce con el propósito de restituir el orden democrático.
SÉPTIMO: Notificar del presente acuerdo al cuerpo diplomático acreditado en el país
OCTAVO: Dar publicidad al presente Acuerdo mediante su publicación a través de los medios de difusión de la Asamblea Nacional y medios de comunicación nacional.

Dado, firmado y sellado en el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, en Caracas, a los 13 días del mes de octubre de dos mil dieciséis.
Años 206° de la Independencia y 157° de la Federación. 

sábado, 8 de octubre de 2016

¿Hasta dónde llega la farsa?

Al cierre de un escrito sobre el referendo revocatorio, leí una pregunta abierta del respetable César Miguel Rondón: 
¿Hasta dónde llega la farsa?
Mi duda al tratar de responderme, me atrajo a otra pregunta: ¿Cuál farsa?, y casi naturalmente afloró una respuesta: Cuán cruel es aquel que hace albergar esperanzas donde no las hay. Me explico:
El objetivo, la estrategia, la táctica y las acciones que se han ejecutado bajo "la revolución bolivariana de Hugo Chávez" le hacen imposible, inimaginable e impracticable a su dirigencia política la entrega del poder en Venezuela. Lo han dicho hasta la saciedad y en su cometido han comprometido, tras bastidores, a más de una eminencia opositora. De ello podría dar fe el inexistente Diputado Hugo Armando Carvajal Barrios (“El pollo Carvajal”) quien desde antes de ser electo se convirtió en Hugo Armando Peck y ahora cohabita en la Asamblea Nacional con esta dualidad en su identidad.
Estos dirigentes de la revolución, han ejecutado acciones similares a las de Alejandro Magno en el 335 AC, quien al llegar a las costas de Fenicia y tras “quemar las naves” que lo trasportaron arengó a sus soldados diciéndoles: “Triunfaremos o moriremos, pues sólo hay un camino de vuelta a casa, y es por mar. Caballeros, cuando regresemos, lo haremos de la única forma posible: en los barcos de nuestros enemigos". Así y aun estando en desventaja de 3 a 1 venció a quienes se disponía a derrotar.
Siendo así, la revolución no ha montado ninguna farsa, y en contrario ha dominado a la mayoría “políticamente curtida” utilizando el concepto clásico de Carl Von Clausewits para quien la guerra no es más que una forma de hacer política; por ello, cacarean una que se hace guerra cotidiana.
La farsa la veo en la creencia pacífica, electoral y democrática para la convocatoria del referendo revocatorio que, aún con mayoría suficiente para triunfar, sólo servirá al propósito de la revolución.
Esa convocatoria es otro timorato diferimiento que permite la continuación de 80 muertes diarias en manos de la violencia, un sin número de venezolanos desplazados que buscan asilo o refugio en otros países, sin dejar de lado a los que están muriendo por hambre o por falta de insumos médicos. Ante esta tragedia lo demás luce a bisutería.
En lo particular, y muy a pesar de lo que sería mi deseo, desde febrero de este año vengo insistiendo en que no habrá revocatorio en 2016, la estrategia para procurar el cambio es la equivocada y los hechos lo han venido confirmando. La razón es muy sencilla: esa convocatoria la conduce una pusilánime dirigencia política que ha demostrado no tener el coraje que se requiere para confrontar un adversario que quemó las naves en 2.012, cuando dejo de disimular el ejercicio de una hegemonía dictatorial. Tras la omisión de una auditoría adecuada, el miedo paralizante de la dirigencia opositora permitió que se impusiera un resultado anunciado como fraude. Desde ese momento hasta la recolección del 1% de la firmas para el referendo revocatorio, la dirigencia opositora al gobierno ha flaqueado para defender el intransferible ejercicio soberano que reside en el pueblo según lo consagra el artículo 5 de la constitución vigente.
No hay farsa en la revolución, ellos muestran sus armas y su orden de batalla con toda claridad, la dirigencia política de oposición y sus aliados no hacen más que reaccionar con armas inútiles que difieren la derrota y prolongan la agonía de una esperanza que no existe, como tampoco existe la paz o la democracia en Venezuela.
A esta altura del juego revocatorio son varias las armas que todavía puede esgrimir la revolución, la más poderosa es la del financiamiento del proceso de votación y luego la adquisición del material necesario. (Cotillones para los centros y mesas de votación) Eso requerirá tiempo y es precisamente tiempo lo que necesita ganar la revolución.
Ante todo, esta carta no tienen que jugarla hasta después que el 20% o más de la población apruebe la ejecución del referendo revocatorio y para que la jugada ocurra, se requieren unos pasos que están fuera de control o influencia de la dirigencia de oposición: 
  1. El CNE tendrá que solicitar al Poder Ejecutivo Nacional un crédito adicional al presupuesto de gastos de 2016. 
  2. Para que el Ejecutivo Nacional le de curso a la solicitud del crédito adicional, tiene que contar con una fuente de financiamiento de dinero excedentario que financie el gasto. El ejecutivo podría argumentar que no hay recursos, incluso tomando la palabra de la oposición que manifiesta constantemente que el gobierno no tiene dinero para honrar el servicio de la deuda y que el país entrará en default.
  3. Suponiendo que el ejecutivo nacional diga que cuenta con los recursos excedentarios, el BCV deberá emitir su opinión favorable.
  4. Con la opinión favorable del BCV, el Ejecutivo Nacional tiene que solicitarle a la Asamblea Nacional la aprobación del crédito adicional. Falta ver si lo hará, ya que incluso han anunciado que no le solicitarán la aprobación del Presupuesto para el año 2017.
  5. Suponiendo que el Ejecutivo Nacional haga la solicitud a la  Asamblea Nacional, le tomará, como mínimo, una semana en aprobarla toda vez que la comisión respectiva debe preparar el informe que será votado en sesión plenaria de la Asamblea.
  6. Aprobado el crédito adicional por la  Asamblea Nacional, tiene que remitirse al Ejecutivo Nacional para publicación en la Gaceta Oficial.
  7. Una vez publicado en la gaceta oficial el Ejecutivo Nacional debe someterlo a la ratificación por parte del Presidente de la República en Consejo de Ministros, ya que la Asamblea podría haber cambiado el contenido de la solicitud hecha.
  8. Ratificado por el Presidente de la República en Consejo de Ministros, se elabora el decreto de promulgación, el cual tendrá validez cuando sea publicado en la Gaceta Oficial.
  9. A partir del momento de la publicación del decreto ejecutivo del crédito adicional, el CNE podrá iniciar el proceso para el financiamiento del proceso de votación, pero su desembolso queda condicionado a la disponibilidad que le otorgue la Tesorería Nacional.
  10. Colocadas las órdenes de compra del material electoral, el CNE deberá esperar la entrega por parte de sus proveedores.

Este procedimiento no es nuevo, es lo que se diseñó desde mucho antes de 1999 y sigue funcionando así. La dirigencia política de un lado y del otro lo conoce muy bien y sabe utilizarlo, a conveniencia, para acelerar o retardar decisiones. Se puede hacer en dos semanas, o puede quedar en el limbo. Todo depende del interés y de la correlación de fuerzas entre las partes interesadas. Eso lo llaman política.
Lamentablemente, la memoria venezolana es muy frágil y posiblemente se nos haya olvidado aquello a lo que Eduardo Semtei, al referirse a su gestión en el CNE, le ha contestado así: ¿Su fecha preferida? El 28, el 28, el 28...    ¿La recuerda con orgullo? Con sorpresa, nunca pensé que la fecha sería tan célebre. 
Ese Eduardo Semtei, autor y cómplice de la traición electoral del 28, y ahora autodefinido como socialista histórico opositor, podría ser un buen asesor de la dirigencia política. Él, como protagonista de primera línea, conoce muy bien de trampas, de fraudes y de alianzas tras bastidores al punto que ha dicho sin tapujos: “Quienes se asumieron como yunques débiles hoy encarnan el martillo desalmado y descarado de un estilo de gobierno neocomunista, edulcorado con el nombre de socialismo del siglo XXI, que golpea en forma salvaje el esqueleto democrático de Venezuela y cercena el equilibrio de poderes”.
A mi modo de ver, lo mejor que le puede ocurrir a la revolución es que se convoque un revocatorio para después de concluidos los primeros 4 años del mandato de Maduro ya que la frustración, la decepción y la rabia opositora provocarían una fuerte apatía electoral al ponerla a decidir entre dejar a Maduro o remplazarlo con aquel "presidenciable revolucionario" que les irrite al máximo.Yo no sé quién podría ser este personaje; pero, imaginar a un Diosdado Cabello como Vicepresidente, para remplazar a Maduro, podría acrecentar la apatía y la abstención opositora ya que para muchos luce menos traumático dejar a Maduro y su conexión Cubana que encumbrar a Cabello con las conexiones que se mencionan por diferentes medios y fuentes con relación a la corrupción, el lavado de dinero y el narcotráfico. Así, gana la Revolución y tiene el camino franco para hacer lo que le venga en gana en unas elecciones de gobernadores y demás en 2.017 y con ello prepararían el camino para la nueva trampa en la elección presidencial de 2.018. Venezuela continuaría bajo la hegemonía de la dictadura revolucionaria y con una dirigencia opositora avivando una nueva esperanza revocatoria por la vía pacífica, electoral y democrática a partir de 2.022.
Ahora le dejo a Usted dos preguntas: ¿Hasta dónde llega la farsa? y
¿Cuál farsa?

 Cuán cruel es aquel que hace albergar esperanzas donde no las hay.

jueves, 15 de septiembre de 2016

La Venezuela Posible

Situación Actual:
El gobierno venezolano instauró una dictadura señalada por ser tolerante con el narcotráfico, la corrupción, la legitimación de capitales y por violar permanentemente los Principios de la Democracia y los Derechos Humanos.
Se vive en un estado de Guerra No Convencional, declarada por el gobierno en los ámbitos político y económico. Su saldo es de 80 muertos diarios, incontables desplazados que buscan refugio en otros países y un desabastecimiento generalizado que ha deteriorado la calidad de vida al punto de la ocurrencia de muertes por desnutrición y también  muertes por ausencia de insumos médicos.
Para convertir a Venezuela en un espacio comunista, el gobierno se colocó fuera del orden constitucional imponiendo a la fuerza al llamado socialismo del siglo XXI como un paso intermedio. 
Los más altos dirigentes del régimen de gobierno han manifestado abierta y públicamente que no entregarán el poder bajo ninguna circunstancia ya que no cederán los espacios conquistados por su revolución. Para ello utilizan un conjunto de acciones tácticas como el amedrentamiento, el terrorismo judicial, la extorsión y el empobrecimiento colectivo como medios de dominación política que les permiten mantenerse en el poder.
Situación Final:
¡La Venezuela deseada!, Un país donde el ciudadano ejerce las más amplias libertades para vivir en paz y bajo un ambiente de bienestar y progreso.
Como Lograrlo:
Para salir de la situación actual y llegar a la situación final deseada es necesario transitar por tres tiempos bien diferenciados.
Primer Tiempo: El cambio del statu quo
Ejecutar cualquier acción necesaria que permita restituir la democracia, restablecer la paz y el estado de libertades para lo cual es imprescindible derrocar la dictadura instaurada bajo la dirección de Nicolás Maduro.
Las acciones de resistencia cívica activa lucen apropiadas a este propósito, las cuales podrían acompañarse con un diálogo honesto y sincero con el sólo propósito hacerle saber al régimen que los principios y valores de la democracia, la libertad y la paz son irrenunciables, que no se negocian, y que se defienden y se imponen al costo que sea necesario.
Este tiempo concretará cuando, los ciudadanos venezolanos y la comunidad internacional que brinda su apoyo, se dispongan y empeñen en ejecutar una estrategia efectiva para derrocar la dictadura y restituir la democracia.

Segundo Tiempo: La transición.
Asegurar la gobernabilidad necesaria para abrirle el paso a la construcción de La Venezuela Deseada.
Requerirá un compromiso de nosotros los venezolanos con nosotros mismos en los temas fundamentales para construir un estado de Libertad, Bienestar, Progreso y Paz.
Es un acuerdo y compromiso para establecer las condiciones que regirán nuestras relaciones y los actos de gobierno. Es una especie de decálogo compartido que nos orienta en la práctica cotidiana. Se deberán considerar temas como:
  1. Gobernantes y ciudadanos que actúan bajo los principios de: Honestidad, Respeto, Responsabilidad y Transparencia.
  2. La moral y la ética como principio básico de convivencia.
  3. La familia y su hogar como base fundamental de la sociedad.
  4. La puntualidad y la disciplina de cada uno de nosotros.
  5. El estado de orden y la limpieza del entorno de cada quien.
  6. El deseo y el esfuerzo por la excelencia y nuestra superación.
  7. El amor al trabajo productivo.
  8. El esfuerzo individual para contribuir con una economía próspera.

Para construir esta viabilidad, los venezolanos necesitamos aprender de nuestro propio pasado. Hasta ahora nos hemos empeñado en borrar la historia asumiendo que todo pasado fue malo y que, cada vez, comenzaremos de nuevo y de cero. En ese proceso, ya enumeramos cinco repúblicas, hay quienes apuestan por una sexta. La verdad oculta es que no hemos construido una República. y derrumbamos los intentos.
En el ámbito democrático, y a pesar de los esfuerzos iniciados en 1935, hasta ahora no hemos acertado
La transición será el momento propicio para conducir un proceso objetivo, sin pasiones desbordadas y libres de prejuicios y mezquindades para promover la búsqueda de lo bueno que se ha hecho o propuesto en  los diferentes momentos históricos y utilizar estos hallazgos como base del compromiso para la actuación futura.
La transición será el tiempo de establecer las premisas fundamentales que fundamenten los compromisos de los gobernantes con los ciudadanos, entre ellas:
  1. Quitar caretas y asumir al país sin hipocresías y dobles discursos.
  2. Establecer una gestión pública decente, signada por el ejercicio de la honestidad, la transparencia, el respeto y la responsabilidad para con el ciudadano.
  3. Privilegiar la pluralidad y la inclusión para convivir en democracia.
  4. Asegurar el sometimiento a la justicia de quienes se hayan convertido en delincuentes por la comisión de delitos: contra la cosa pública, de narcotráfico, de legitimación de capitales, de lesa humanidad y de violación de derechos humanos.
  5. Proscribir “La piñata petrolera” y consolidarnos como una nación generadora de energía para el mundo.
  6. Proscribir el engaño, la trampa y la manipulación en los procesos de dirección política y de elección de funcionarios y representantes públicos.
  7. Recomponer el sistema de seguridad y defensa nacional para atender tanto los asuntos externos como internos.
  8. Proscribir “el populismo” como medio de proselitismo político y de gestión de gobierno.
  9. Minimizar el empeño por combatir o hacerle la guerra a lo malo  y empeñarse en implantar lo bueno, comenzando desde el ejemplo que ofrecen quienes ejercen la gestión pública.

Tercer Tiempo: La construcción de La Venezuela Deseada.
En este tiempo debe estar muy claro que toda propuesta política tiene que ceñirse al compromiso asumido durante la transición,
Es el tiempo donde los ciudadanos ejercen el poder soberano para validar o rechazar gobernantes en función de su desempeño.
Así, este es el tiempo de la pluralidad política para escuchar y seleccionar entre las propuestas sobre el cómo lograr resultados para concretar los compromisos adquiridos en el tiempo de transición y que convertirán a Venezuela en un país donde el ciudadano ejerce las más amplias libertades para vivir en paz y bajo un ambiente de bienestar y progreso.